Es una enfermedad lenta, ocasionada por degeneración, daños o deterioro de la mácula, ésta es la zona de la retina que permite al ojo percibir detalles finos y pequeños.
Esta enfermedad es bilateral, es decir, afecta a ambos ojos, aunque pueden no afectarse al mismo tiempo y con distinta intensidad. Usted puede notar uno o varios de los siguientes síntomas:
Si usted nota algún síntoma inusual y sospecha que puede tener una DMAE acuda a la consulta de su oftalmólogo. Igualmente, si ha sido diagnosticado previamente de DMAE en uno de sus ojos y comienza a presentar de forma brusca alguno de los síntomas en el otro, tampoco deberá demorar su visita médica. Lo más importante es hacer un buen seguimiento del paciente para vigilar cómo evoluciona la enfermedad y poder detectar la aparición de la forma “húmeda” más agresiva y dañina y poder actuar preventivamente. El control rutinario se debe realizar mediante el examen del fondo de ojo, la tomografía de coherencia óptica (OCT) (1) y la angiografía fluoresceínica (AFG) (2).
*(1) OCT: Esta prueba permite apreciar la zona macular en relieve para detectar si se han producido acumulaciones de líquido dentro de la retina y para hacer un seguimiento de cómo evoluciona la enfermedad, así como para apreciar el resultado del tratamiento aplicado.*(2) AFG: Este test se utiliza para establecer el diagnóstico, delinear el área exacta que debe recibir tratamiento láser y para determinar la causa de cambios en su visión. angiografía fluoresceínica. Se introduce un contraste en vena que al llegar al ojo nos permite detectar la localización de los puntos que están fugando líquidos en la mácula.
Existen dos formas de DMAE:
La enfermedad es más común en personas mayores de 60 años, por lo que a menudo se le denomina degeneración macular senil.
Actualmente, todos los tratamientos intentan detener el avance de esta enfermedad.
En la DMAE seca se recomienda realizar revisiones frecuentes a su oftalmólogo para detectar precozmente una evolución hacia la forma húmeda. Otras medidas incluyen iniciar tratamientos con fármacos antioxidantes, vasodilatadores, etc.
En la DMAE húmeda los tratamientos tratan de impedir el avance de la enfermedad.
Los pacientes con DMAE seca deben evitar factores de riesgo siguiendo consejos dietéticos y cambios en su estilo de vida. También es aconsejable la suplementación dietética con vitaminas C y E, con luteína/zeaxantina, ácidos grasos omega-3 y zinc. El tratamiento para los pacientes con DMAE húmeda se realiza con la inyección intraocular dentro de la cavidad vítrea, de fármacos anti-Veg que se oponen al desarrollo de los neovasos en la retina. Esto se realiza con anestesia local, lo cual hace que el paciente no sienta ningún dolor. Los riesgos son mínimos, siempre que las precauciones de esterilidad sean adecuadas y, lo más importante, unas manos buenas y expertas.
En la actualidad se están realizando otras alternativas terapéuticas, entre ellas la cirugía con triaminolona intravítea, anecortave, lucentis ,...
De todas ellas recibirá oportuna información en el Instituto Ocular Marcos.
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